miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Qué significan las letras y números de los lápices?


Muchos lápices no indican de ninguna manera de qué tipo son, pero otros sí. ¿Qué significan, pues, esas letras y números que diferencian un lápiz de otro?

Los lápices son barritas de grafito mezclado con arcilla en diferentes proporciones, dotados de una cubierta de madera. Dependiendo de la proporción de la mezcla el trazo es diferente, así que se obtienen diferentes resultados si se usa un lápiz de un tipo u otro a la hora de dibujar.

Cuanto menos grafito contengan más claro y duro será el trazo. La ventaja es que no emborronan y que el trazo es nítido, por lo que son apreciados en dibujo técnico. La desventaja es que deja marca en el papel si se aprieta en demasía. Se distinguen con la letra H (por Hard).

Cuanto más grafito contengan más oscuro y suave será el trazo. La ventaja es que produce tonalidades oscuras muy bellas y permite el difuminado, por lo que son apreciados en dibujo artístico. La desventaja es que hay que ir con cuidado para no emborronar y que no define con claridad. Se distinguen con la letra B (por Black).

A la letra la acompaña un número que indica el grado de dureza o de oscuridad, cuanto mayor es el número más acusado es el efecto. Así un 9H es más duro que un 2H y un 8B más oscuro que un 3B. El lápiz normal y corriente de escritura es HB (Hard-Black) en el punto medio de la escala conteniendo un 68% de grafito.


Este sistema de gradación se originó en Europa y se utiliza en la mayor parte del mundo, pero no así en Estados Unidos. Allí se utilizan números. La equivalencia es la siguiente: 1=B, 2=HB, 2 1/2=F, 3=H, 4=2H. Muchos lápices (como el de la fotografía) utilizan ambos métodos de clasificación.

Nota 1: Un lápiz muy duro, como un 9H, tiene sólo un 41% de grafito, mientras que uno muy negro, como un 8B, tiene un 90%. Todos los lápices modernos tienen alrededor de un 5% de cera, que se utiliza par tapar los poros de la mezcla y dar mayor uniformidad al trazo.

Nota 2: La madera de los lápices de calidad es enebro o cedro.

lunes, 16 de marzo de 2009

¿Por qué las cucarachas mueren boca arriba?


Las cucarachas son unos insectos ortópteros dictiópteros, nocturnos y corredores, muy comunes en las zonas templadas del planeta y mucho más en las tropicales. Sólo tres especies de cucarachas, la cucaracha negra común (Blatta orientalis), la cucaracha americana (Periplaneta americana) y la cucaracha rubia o alemana (Blatella germanica), están extendidas mundialmente como consecuencia de las actividades comerciales.

Una característica de estos insectos es que mueren panza arriba y así se suelen encontrar sus cadáveres. No siempre es así, pero sí mayoritariamente.

El encontrar una cucaracha inmóvil en esa posición tampoco quiere decir que esté muerta, pues a menudo simulan esa condición para después voltearse y escapar cuando la amenaza que detectaron desaparece.

Pero, a lo que vamos… ¿por qué mueren boca arriba?

Cuando una cucaracha muere por causas naturales, el rigor mortis hace que sus patas se contraigan. Sería mucha coincidencia que todas las patas partieran del mismo grado de extensión y que se contrajeran a la misma velocidad, por lo que lo más común es que unas se contraigan antes y en mayor medida que las otras. Esto desequilibra el centro de gravedad del insecto, por lo que vuelca hacia ese lado.

Si la muerte viene provocada por algún insectida también acaban boca arriba. En este caso porque la composición del producto ataca el sistema nervioso del insecto provocándole espasmos que causan su volteo. Perdida la coordinación, la cucaracha es incapaz de darse la vuelta y así le sobreviene la muerte.

lunes, 9 de marzo de 2009

La gran muralla china


La Gran Muralla de China o el Muro de los 10.000 Li —como se le conoce en China— fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1987 y fue elegida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno en 2007.

El inicio de su construcción data de la Dinastía Qin y se remonta al año 221 a.C., cuando el primer monarca que unificó China, Qin Shi Huang, restauró los diseminados muros de defensa procedentes de la Época de los Reinos Combatientes (476-221 a.C.) y los conectó en una nueva construcción de 4.800 kilómetros. En el 206 a.C., la Dinastía Han extendió el muro hasta el Desierto de Gobi, en Mongolia, para conjurar la amenaza de los hunos que acaudillaba el temido Atila. Pero la Gran Muralla que hoy conocemos procede, en gran medida, de la Dinastía Ming (1368-1644), que introdujo ladrillos como los que se emplean actualmente y convirtió la obra en un prodigio de la ingeniería al extenderse por escarpadas montañas con pendientes de hasta 70 grados.

El propósito original de la Gran Muralla no fue estrictamente impedir la invasión de los hunos mongoles de norte. Lo que se pretendía conseguir era que, en su imparable avance hacia el sur, no la pudiesen atravesar con sus caballos, lo que acababa con gran parte de su capacidad conquistadora e impedía la destrucción y el saqueo del territorio protegido.

La muralla comienza cerca del mar, en la pequeña ciudad de Chau-Hai-Kuan, a poca distancia al nordeste de Pekín, extendiéndose hasta Yang Kuan, cubriendo una distancia lineal de 3.460 km en su brazo principal, más otros 2.860 km en ramales secundarios. Actualmente sólo el 20% de la construcción se mantiene en pie, un 30% se encuentra en malas condiciones y el resto ha desaparecido casi por completo.