sábado, 29 de noviembre de 2008

OJO AL DESMAQUILLARSE: LA BLEFARITIS NOS ATACA


Inflamación de los párpados, enrojecimiento… ¿alergia? ¿conjuntivitis? No. se llama blefaritis y afecta a un cinco por ciento de la población.



Por las escamas que genera en los ojos parece conjuntivitis; debido a su enrojecimiento, alergia. Sin embargo, se trata de una inflamación del tejido que forma el párpado cuya acepción, blefaritis, traduce una afección cuyas causas podrían estar en los productos cosméticos; en ocasiones, éstos provocan una reacción escamosa en la que a veces aparecen orzuelos o pequeñas protuberancias debido a la inflamación crónica de las glándulas sebáceas de los párpados.


Hoy, además, se ha concluido que existen épocas intermitentes en las que una mujer sufre esta afección; su origen, los cambios hormonales. La limpieza exhaustiva de la zona y una continua higiene de los párpados, pues, es fundamental.


Para el doctor Palomino, oftalmólogo del Centro Ocular de Alta Tecnología, «es importante subrayar que la blefaritis no es contagiosa pese a su aspecto», que resulta característico debido a la formación de escamas entre las pestañas. Muchas veces, éstas caen dentro de los ojos y producen la sensación de que algo se ha alojado dentro. Los ojos se ven rojos y puede producir picor local.


En cuanto a la blefaritis alérgica, se produce por el contacto con productos de cosmética. Los alérgenos más sospechosos suelen ser los cosméticos que se aplican directamente en los párpados: sombreadores, lápices y coloretes, así como los disolventes cosméticos para eliminarlos. Pero, en realidad, no son los cosméticos para los ojos los responsables del mayor número de dermatitis de contacto, sino cualquier sustancia que contamine los dedos. Las manos, en continuo roce con la cara, se encargan de todo lo demás. Níquel, laca, plásticos acrílicos, cremas de manos o incluso algunas plantas, pueden provocar dermatitis agudas o crónicas de los párpados.


Antibióticos para el combate. El tratamiento suele pasar por colirios o pomadas oftálmicas con antibióticos y corticoides asociados. El paciente debe lavarse bien las manos y, frente a un espejo, humedecer un bastoncillo de algodón en tal colirio y suavemente ‘cepillar’ y limpiar todas las áreas escamosas de los párpados y las pestañas. No se deben limpiar las escamas con los dedos, pues aumenta el riesgo de infección. Deberá repetir el procedimiento de dos a tres veces al día durante una semana.


Con posterioridad hay que utilizar un champú anti seborréico, usándolo en el cuero cabelludo el día que comience el tratamiento para los párpados y hasta una semana más tarde. Al final del tratamiento, su uso por lo menos una vez al mes, evitará recaídas futuras.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El hospital para la vida salvaje


Es el centro veterinario más grande del mundo. Está en Australia y, recién ampliado, trata a unos diez mil `pacientes´ al año. Entramos en este peculiar hospital para conocer cómo trabajan e investigan.



El golpe mató a su madre. En la cálida oscuridad de su mundo, el pequeño canguro sólo notó el movimiento brusco del impacto. La bolsa marsupial de mamá canguro lo protegió, pero el sonido reconfortante del corazón de su mundo paró de golpe, los movimientos acompasados de la respiración cesaron con él y el calor de la bolsa que lo mantenía vivo empezó poco a poco a desaparecer.


Su madre había sido uno de los centenares de víctimas que mueren atropelladas en las carreteras de Australia. Y para la cría significaba la muerte irremisible. Los canguros, como todos los marsupiales, nacen en un estado aún embrionario y migran a las bolsas o marsupios de sus madres, donde, adheridos a un pezón que los alimenta, terminan su desarrollo. Para nuestra cría, la vida iba a terminar antes de haber podido asomarse al mundo. Y entonces una luz cegadora rompió la oscuridad en la que siempre había vivido.


Una unidad de servicios ecológicos de los Guerreros de la Vida Salvaje (Wildlife Warriors) sacó a la cría de la bolsa del cadáver y la transportó en una de sus ambulancias veterinarias hasta el Hospital para la Vida Salvaje de Australia, el mayor centro veterinario del mundo. El pequeño canguro se había salvado.


El hospital en cuestión abrió sus puertas en marzo de 2004 en las proximidades del Zoo de Australia, en la ciudad de Beerwah (Queensland). Desde el primer día, los pacientes se multiplicaron en número y en especie dejando ver que las instalaciones necesitarían una ampliación. Y así se hizo. Auspiciados por el Gobierno, que ha puesto 2,5 millones de dólares, y el Zoo de Australia, las instalaciones se han ido ampliando y sofisticando hasta que, por fin, ayer el nuevo hospital abrió sus puertas. El edificio, una construcción vanguardista en diseño ecológico desarrollada por el arquitecto Andrew Webb, tiene 1.300 metros cuadrados. En su interior acogerá a los más extraños y variopintos pacientes que uno pueda imaginar: koalas, canguros, ornitorrincos, possums, casuarios, cocodrilos, wombats… Hasta diez mil `pacientes´ al año, la mayoría de los cuales son tan exclusivos y delicados que su tratamiento puede costar desde cien dólares hasta varios cientos de miles.


El centro está conectado con diferentes universidades y con fundaciones para el cuidado de la vida salvaje. El resultado es un hospital para animales que no sólo es el mayor del mundo en superficie, sino que, además, encabeza muchos de los avances en los tratamientos veterinarios de grupos tan difíciles y poco estudiados como los marsupiales o los monotremas (los mamíferos que ponen huevos). La idea de este hospital procede de Lyn Irwin, la madre de uno de los más famosos y llorados naturalistas de Australia: Steve Irwin, quien siempre defendió la vida salvaje hasta que una raya lo mató accidentalmente mientras rodaba un documental en aguas australianas en septiembre de 2006. Pero, antes de morir, Steven había hecho realidad el sueño de su madre, que había fallecido en un accidente de tráfico seis años antes.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Nudibranquios

Pequeños, frágiles, lentos, llamativísimos, totalmente indefensos. El blanco perfecto de sus predadores... Los nudibranquios [`branquia desnuda´] son caracoles sin concha, un molusco en carne viva en el durísimo mundo submarino. Como se ve, no las tienen todas consigo para sobrevivir, pero, bien mirados, se apañan mejor que nadie. Pese a que viven poco –un año los más longevos, un mes los que menos–, sobreviven mucho. ¿La clave? Han hecho de la necesidad, virtud: se alimentan de los animales y las sustancias más tóxicas del océano –hidroideos, esponjas, hidrozoos– e incorporan esa toxicidad a su piel, que se vuelve brillante y de colores y que, lejos de atraer, espanta. Comunica a las demás especies: «Soy tóxico. Si me comes, mueres». Además, son caníbales: a malas, si el hambre aprieta, los nudibranquios se comen entre sí. Y suelen hacerlo. Muchos están incluso especializados en depredar a una única especie –de esponjas, por ejemplo–, de la que copian su color mediante los tejidos ingeridos –el fenómeno se llama `homocromía alimentaria´–, con lo cual se camuflan perfectamente ante sus posibles atacantes. Otros incorporan a su propio cuerpo las cápsulas urticantes de los hidrozoos (a las que son inmunes), adoptándolas como un arma contra sus predadores, o utilizan la energía del Sol; en este caso, incorporándola de los nutrientes de las algas fotosintéticas que comen. Por si fuera poco, y para acabar ya de garantizar la supervivencia de la especie, son hermafroditas: machos y hembras a un tiempo en el mismo cuerpo. Se aparean con cualquiera de su especie, ‘embarazándose’ así por partida doble. De chuches, nada.

domingo, 2 de noviembre de 2008

INGENIERÍA CONTRA EL CALENTAMIENTO GLOBAL


Investigadores canadienses ponen en práctica una idea: crear bloques de hielo que sustituyan a los que se deshacen por el cambio climático. Una manera de mantener estable la temperatura de Europa.



Resulta irónico que una de las consecuencias del calentamiento global sea que el norte de Europa vaya a entrar en una era glacial. A medida que aumente el calor atmosférico, el Polo Norte se descongelará, lo que hará que una gran masa de agua fría se diluya en la Corriente del Golfo y frene el avance de las aguas que llegan de Centroamérica y caldean el clima de Europa. Este hecho, que hasta hace un año sólo era una hipótesis, lo ha confirmado el Centro Nacional Oceanográfico de la Universidad de Southampton (Gran Bretaña), que estima que, en 2015 la temperatura en el norte de Europa será, de media, nueve grados inferior.


Esta certeza ha estimulado un inusual proyecto de investigación de la Universidad de Alberta (Canadá). Peter Flynn y Songjian Zhou han ideado un sistema para `vigorizar´ esa bomba de calor oceánica que es la Corriente del Golfo. Su propuesta es instalar entre Groenlandia e Islandia 8.100 plataformas que en invierno absorberán agua del mar y la nebulizarán para formar islas iceberg que se descongelarán en primavera y verterán su agua fría a la corriente profunda oceánica. Ese líquido llegará a la costa americana, donde se caldeará y revitalizará de vuelta a Europa.


Flynn no propone su idea como la primera contra el calentamiento global ni como la mejor. «Lo ideal sería atacar las causas que lo producen, como la quema de combustibles fósiles, pero si el control del CO2 falla, esta idea puede ser válida», asegura.


El proyecto costará 40 millones. «Es una cifra asumible si se piensa que cien millones de personas se verán afectadas por esta alteración. Son 400 euros por persona –dice–, muy poco si pensamos que los glaciares pueden estar, en breve, a la puerta de sus casas.»