domingo, 27 de julio de 2008


El parón inmobiliario ha dado un respiro al litoral. Aun así, un informe de Greenpeace advierte: hay suelo calificado para tres millones de viviendas. Visitamos los últimos paraísos de la costa española, según esta ONG.



LA CORUÑA

DUNAS DE CORRUBEDO

En este parque natural que esquivó la embestida negra del Prestige, en el municipio de Ribeira, invernan cada año 2.300 aves de 35 especies diferentes. Es un humedal de importancia internacional y acoge la duna móvil más grande del noroeste peninsular, con más de un kilómetro de largo y 20 metros de altura.

lunes, 21 de julio de 2008

CABALLITOS DE MAR: SU PEOR CRISIS


Hace un cuarto de siglo, los veraneantes tomaban el aperitivo mientras se bañaban en el Mar Menor degustando berberechos que ellos mismos sacaban de la arena con la ayuda de un rastrillo de juguete y unas gafas de bucear. Los gambones rojos y mújoles de la encañizada tenían la reputación del caviar iraní. Y los niños capturaban caballitos de mar para barnizarlos y hacerse llaveros con ellos, pues los había a millares. Todo eso sucedió antes de que medusas, puertos deportivos, aguas fecales y urbanizaciones los aniquilasen.


Hoy, en la laguna murciana sólo quedan, oficialmente, ocho caballitos localizados y censados. Son los que han podido encontrar hasta la fecha los voluntarios del Proyecto Hippocampus. La densidad de su población es «extremadamente baja», lo que hace que la probabilidad de encuentro de las parejas en época de reproducción sea poco menos que una lotería. El caballito de mar está en el Libro Rojo de los Vertebrados de la Región de Murcia como especie en peligro crítico; está abocado a una prematura desaparición.


El Mar Menor siempre ha sido un consomé, una inmensa palangana para alivio de juanetes. Pero ahora es una sombra de lo que era. El año pasado se convirtió en cementerio de tiburones despistados. Un misterio. Los curiosos les hacían fotos con el móvil. Y cada verano, desde mediados de los años 90, es colonizado por una plaga de 60 millones de medusas. Pero esto ya no es un misterio: la culpa es de la agricultura de invernaderos, que ha convertido la laguna en un sopicaldo nutritivo rico en nitratos que atrae al celentéreo por millones.


Los signos de la agonía de este espacio único se multiplican. Sus praderas submarinas se reducen a un ritmo de un cinco por ciento anual. Y se está llenando de algas incontrolables, como la temida Caulerpa. Y está rodeado de ladrillos. En los próximos cinco año se prevé construir 200.000 nuevas viviendas y duplicar la población veraniega hasta superar el millón de personas. Los ecologistas se quejan de que la depuración de todas las aguas residuales que se vierten en él es una promesa incumplida. Y que los 1.200 nuevos amarres para embarcaciones deportivas, que se sumarán a los 3.600 existentes, le darán el tiro de gracia.

jueves, 17 de julio de 2008

¡Qué bello es morir!


La muerte de una estrella de tamaño intermedio (entre una y ocho veces el peso del Sol) viene acompañada de una pérdida de masa en forma de viento estelar que genera una mezcla de gas y polvo alrededor del núcleo central, conocida como `nebulosa planetaria´. Se trata de un proceso bastante frecuente que ofrece, en el espacio profundo, un espectáculo multicolor que ahora, y por primera vez, ha sido fotografiado por el telescopio espacial Hubble en su etapa previa: la proto nebulosa, una etapa que dura la friolera de mil años. El trabajo, en el que además ha participado la investigadora del Instituto de Estructura de la Materia del CSIC, Carmen Sánchez Contreras, arroja luz sobre estos cuerpos e identifica nuevas nebulosidades cuya morfología se desconocía hasta hoy. Las imágenes clasifican de forma detallada más de 50 cuerpos en cuatro categorías según la forma de sus lóbulos –la ‘cintura’ o región ecuatorial– y el halo de nebulosa. Pero más allá del atractivo visual que supone la formación de estos cuerpos fascinantes, los investigadores quieren profundizar en su estudio porque, gracias al viento, las partículas estelares se diluyen y se reprocesan en forma de nuevas estrellas y planetas. Muchas de éstas, como la Nebulosa del Anillo –situada en la constelación de Lira– o la Nebulosa Esquimal –en la constelación de Gémini–, pueden observarse con un telescopio de tamaño medio en una noche despejada; un espectáculo como el que nos ofrecerá el Sol dentro de 5.000 millones de años.

viernes, 11 de julio de 2008

Llega la lluvia de estrellas


La lluvia más seca del verano se acerca. Al principio comienza como un suave ‘rocío’, a finales de julio, para transformarse en una sonora ‘tormenta’, a mediados de agosto. Son las Perseidas, el acontecimiento astronómico más esperado del estío, una incesante lluvia de meteoros que atraviesa la atmósfera a gran velocidad dejando a su paso largas estelas luminosas. Según William Cooke, investigador del Marshall Space Flight Center de la NASA, éste será un buen año para observarlas por dos motivos: «Primero, porque durante los picos de máxima actividad, previstos para los días 11 y 12 de agosto, la Luna estará en cuarto menguante y no molestará la contemplación; y, segundo, porque la lluvia va a ser especialmente intensa debido al cercano paso de la Tierra junto a la nube partículas expulsadas por el cometa Swift-Tuttle». Éstas se encontrarán a su distancia mínima de nuestro planeta (sólo 0,0013 unidades astronómicas, lo que equivale a apenas 194.477 kilómetros), y son muy jóvenes, pues se desprendieron en el penúltimo paso del comenta junto a la Tierra, en 1862. Estas dos circunstancias harán que, en sus picos de máxima actividad, las Perseidas registren hasta 150 meteoros por hora, un 50 por ciento más de la cadencia habitual de este fenómeno, conocido también como ‘lágrimas de San Lorenzo’.

La mayoría de las estrellas fugaces que podrán verse tendrán un color anaranjado por estar compuestas, principalmente, de sodio, pero también las habrá amarillas (formadas por material ferruginoso), azules verdosas (magnesio), violetas (calcio) y hasta rojizas (silicio y nitrógeno).

jueves, 3 de julio de 2008

Las ventanas más indiscretas del cielo


Hallar vida extraterrestre será más fácil gracias a estos ingenios capaces de escudriñar el espacio profundo.

Los telescopios más avanzados suelen utilizar espejos primarios de unos diez metros de diámetro para recoger las radiaciones visibles e invisibles que provienen del cosmos. Gracias a ellos se han descubierto galaxias y estrellas, algunos agujeros negros y decenas de exoplanetas. Pero su capacidad de visión está llegando a su límite. Por eso, los astrónomos han comenzado a diseñar una nueva generación de aparatos que jubile a sus `abuelos´. Estos ingenieros tienen ante sí dos retos. El primero, tecnológico: evitar la distorsión que causa la atmósfera terrestre y alinear con una exactitud milimétrica los múltiples espejos que los componen. Y el segundo, de orden práctico, pero más difícil de lograr: encontrar dinero para construirlos, pues en algunos casos, como en el del telescopio espacial James Webb, cuestan más de 4.000 millones de euros. Hallar nuevos planetas o indicios de vida extraterrestre son sus objetivos. Pero eso será en la próxima década.