jueves, 14 de mayo de 2009

Mi ojo es un robot


La artista Tanya Vlach Perdió un ojo en un accidente de coche. En su lugar llevará una cámara con la que grabará un diario.



En agosto de 2005, la artista americana Tanya Vlach se accidentó con su coche en el desierto de Nevada. Milagrosamente, salvó su vida, pero perdió el ojo izquierdo. Desde entonces se propuso llevar en su lugar una cámara de vídeo. Y lo conseguirá pronto, con la ayuda de Frank Oliver, líder de una empresa texana especializada en la investigación de robots que trabaja para el Pentágono. Antes de dar con él, Tanya tiró de Internet para hallar el diseño idóneo de su ojo: contó su caso y propuso diseñarlo en código abierto, para crear una obra colectiva, como en su día se hizo con el sistema operativo GNU/Linux. Aquello le sirvió, ante todo, para aceptar su historia: «Pedir ayuda en la Red fue importante para aceptar mi situación. La única forma de superar una lesión como ésta es revivir tu historia imaginando un final distinto. Y esto intento hacer con mi proyecto. Quiero grabar a la gente que conozco y registrar los momentos que me gustaría recordar. No quiero ser una ‘discapacitada’». Otros expertos intentan llevar al cerebro de los ciegos la señal electroquímica que les devuelva la vista: unos trabajan en el ojo y otros, en el cerebro, hasta hoy, sin éxito: nadie ha recuperado la vista, aunque algunas personas ya ven sombras y formas. Lo de Tanya es distinto. «Quiero construirme una nueva mirada», dice.Y en ello está. Los resultados finales: en la Bienal de Nueva York, en noviembre.

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