viernes, 11 de julio de 2008

Llega la lluvia de estrellas


La lluvia más seca del verano se acerca. Al principio comienza como un suave ‘rocío’, a finales de julio, para transformarse en una sonora ‘tormenta’, a mediados de agosto. Son las Perseidas, el acontecimiento astronómico más esperado del estío, una incesante lluvia de meteoros que atraviesa la atmósfera a gran velocidad dejando a su paso largas estelas luminosas. Según William Cooke, investigador del Marshall Space Flight Center de la NASA, éste será un buen año para observarlas por dos motivos: «Primero, porque durante los picos de máxima actividad, previstos para los días 11 y 12 de agosto, la Luna estará en cuarto menguante y no molestará la contemplación; y, segundo, porque la lluvia va a ser especialmente intensa debido al cercano paso de la Tierra junto a la nube partículas expulsadas por el cometa Swift-Tuttle». Éstas se encontrarán a su distancia mínima de nuestro planeta (sólo 0,0013 unidades astronómicas, lo que equivale a apenas 194.477 kilómetros), y son muy jóvenes, pues se desprendieron en el penúltimo paso del comenta junto a la Tierra, en 1862. Estas dos circunstancias harán que, en sus picos de máxima actividad, las Perseidas registren hasta 150 meteoros por hora, un 50 por ciento más de la cadencia habitual de este fenómeno, conocido también como ‘lágrimas de San Lorenzo’.

La mayoría de las estrellas fugaces que podrán verse tendrán un color anaranjado por estar compuestas, principalmente, de sodio, pero también las habrá amarillas (formadas por material ferruginoso), azules verdosas (magnesio), violetas (calcio) y hasta rojizas (silicio y nitrógeno).

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