
Con la creciente amenaza del calentamiento global, se podría pensar que los humanos son los mejores (o los peores) climatólogos que ha tenido el planeta Tierra.
Pero sería erróneo. Desde hace miles de millones de años, minúsculos microbios han estado modificando nuestro clima y, a menos que aprendamos a trabajar con ellos, podríamos estar librando una batalla perdida por mantener bajo control nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ejemplo, los humanos lanzamos cantidades ingentes de metano a la atmósfera. Pero lo hacemos indirectamente por medio de nuestro ganado, de los arrozales y de los vertederos. En todas estas situaciones, de hecho son los microbios quienes producen el metano que se convierte en un gas de efecto invernadero tan potente. Nosotros sólo proporcionamos a los microbios el entorno que necesitan para llevar a cabo su trabajo.
De hecho, a menos que comprendamos en profundidad cómo realizan los microbios su trabajo, podríamos estar librando una batalla perdida por controlar el cambio climático. Esto se basa en un comentario publicado en la edición de febrero de 2008 de *Microbiology Today*. El artículo lo firma el doctor Dave Reay, de la Universidad de Edimburgo.
Una gran parte del ciclo mundial del carbono incluye a los océanos, que toman dióxido de carbono de la atmósfera y lo devuelven a ésta. Pero también aquí son los microbios los que toman el carbono de la tmósfera y lo reemiten.
El truco, naturalmente, está en aprender a trabajar con ellos. Si los científicos consiguen comprender mejor los procesos que tienen lugar, se podría conseguir que los microbios absorbieran más carbono de la atmósfera, o que inactivaran el metano que se genera en los vertederos. Ya se utiliza plancton para producir algunos biodiésel, y las cianobacterias podrían suministrar combustible a partir de hidrógeno.
Por ejemplo, los humedales de la Tierra lanzan anualmente 100 millones de toneladas de metano a la atmósfera. Esta cantidad sería mucho más alta, pero una parte importante es utilizada por las bacterias metanotrópicas antes de que llegue a la atmósfera. Comparemos esto con los 150 millones de toneladas
lanzadas directamente a la atmósfera por métodos humanos, como el cultivo del arroz. Mientras calentamos el planeta, no sabemos el impacto que podrían representar los microbios para reducir, o quizá incluso acelerar, nuestras acciones.
El doctor Reay declara "El impacto de estos ciclos controlados por microbios en el futuro calentamiento global es potencialmente enorme. Los microbios seguirán siendo climatólogos mucho después de que los humanos hayamos quemado el último barril de crudo. Si nos ayudan a evitar un peligroso cambio climático en el siglo XXI o nos empujan aún más deprisa hacia él dependerá sólo de lo que podamos aprender sobre ellos".
Artículo publicado por Astroseti.
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