lunes, 15 de octubre de 2007
Descubren el secreto de la inmortalidad de las células cancerígenas.
Un equipo de investigadores italianos y suizos ha desentrañado por qué las células del cáncer son capaces de dividirse de forma indefinida.
Su estudio arroja luz sobre la estructura de nuestros cromosomas y nuestra comprensión del mecanismo de división de nuestras células.
El trabajo, que fue financiado en parte por el Sexto Programa Marco de la UE, ha sido publicado en Internet por la revista Science.
Nuestro material genético, el ADN, está organizado en cromosomas, en cuyos extremos se encuentran unas estructuras denominadas telómeros. Estas regiones de cadenas repetidas de ADN se comparan con frecuencia con las puntas de plástico de los cordones de los zapatos, ya que impiden que los cromosomas «se deshilachen» durante la división celular. Sin embargo, cada vez que se divide una célula, se acortan un poco los telómeros. Cuando ya son demasiado cortos, activan un sistema de alarma que detiene la división de la célula.
Sin embargo, este sistema falla a veces y deja células con cromosomas o líneas celulares dañadas que se hacen «inmortales»; ambos casos conducen a enfermedades como el cáncer. Se cree que, aproximadamente, en el 90% de las células del cáncer hay actividad de mantenimiento de los telómeros.
Estos investigadores han averiguado información nueva acerca de la función telomérica. Se sabe desde hace tiempo que el ADN, compuesto por dos cadenas, de nuestros cromosomas es transcrito a ARN (ácido ribonucleico), que tiene una cadena, el cual es empleado por la célula para realizar tareas como la producción de proteínas. Los científicos creían que el ADN de los telómeros nunca se transcribía a ARN.
En este estudio reciente, los científicos descubrieron que, en realidad, el ADN telomérico sí se transcribe a ARN, y que ese ARN es regulado por la misma enzima responsable de mantener los telómeros en células embrionarias y algunas células madre para que sigan dividiéndose.
Los científicos opinan que sus hallazgos podrían conducir al desarrollo de medicamentos nuevos contra enfermedades causadas por disfunciones teloméricas.
«Aún es pronto para dar una respuesta concluyente», declaró uno de los autores de más experiencia, Joachim Lingner, del Instituto Suizo de Investigación Experimental sobre el Cáncer. «Sin embargo, según los experimentos explicados en el trabajo, el ARN telomérico puede constituir una nueva diana para atacar la función telomérica en las células del cáncer para detener su crecimiento.
Cordis
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