A pesar de décadas de proyectos científicos cada vez más exactos sobre el cambio climático en la Tierra, aún quedan grandes incertidumbres sobre cuánto calentamiento hay realmente.
Dos científicos de la Universidad de Washington creen que la incertidumbre se mantiene tan alta debido a que el clima es un sistema muy sensible a una variedad de factores, tales como el incremento en los gases invernadero o una mayor concentración de partículas atmosféricas que reflejan la luz solar hacia el espacio.
En esencia, los científicos han encontrado que cuanto más probables son las condiciones que causen que el clima se caliente, mayor incertidumbre existe acerca de cuánto calentamiento hay.
“La incertidumbre y la sensibilidad tienen que ir de la mano. Son inextricables”, dijo Gerard Roe, profesor asociado de la UW de Ciencias del Espacio y la Tierra. “Hemos usado sistemas en los cuales reducir la incertidumbre en la física implica reducir la incertidumbre en la respuesta aproximadamente en la misma proporción. Pero no es así como funciona el clima”.
Roe y Marcia Baker, profesora emérita de la UW de Ciencias del Espacio y de la Tierra y de Ciencias Atmosféricas, han ideado y probado una teoría que creen que puede ayudar a los modeladores y observadores del clima a comprender el rango de posibilidades de distintos factores, o “feedbacks”, implicados en el cambio climático. La teoría está incluida en un artículo publicado en la edición del 26 de octubre de la revista Science.
En la votación política, conforme se pregunta a más y más gente las mismas cuestiones la incertidumbre, expresada como margen de error, decae sustancialmente y la votación se convierte en una clara instantánea de la opinión pública de ese momento. Pero resulta que con el clima, la investigación adicional no reduce sustancialmente la incertidumbre.
La ecuación ideada por Roe y Baker ayuda a los modeladores a comprender las incertidumbres incorporadas de tal forma que los investigadores puedan obtener resultados significativos tras ejecutar los modelos climáticos sólo unas pocas veces, en lugar de tener que ejecutarlo varias miles de veces y ajustar varios factores climáticos cada vez.
“Es un criterio contra el que se pueden probar modelos climáticos”, dijo Roe.
Los científicos han proyectado que simplemente doblando el dióxido de carbono de la atmósfera de los niveles de la Revolución pre-Industrial incrementaría la media de la temperatura global aproximadamente 1 grado. Sin embargo, tal proyección no tiene en cuenta los feedbacks climáticos – los procesos físicos en el sistema climático que amplifican o atenúan la respuesta. Esos feedbacks elevarían la temperatura incluso más, tanto como otros 2,8 grados de acuerdo con las proyecciones más probables. Un ejemplo de un feedback es que una atmósfera más cálida retiene más vapor de agua, que es él mismo un gas invernadero. El incremento en el vapor de agua amplifica entonces el efecto sobre la temperatura provocado por el incremento original del dióxido de carbono.
“La sensibilidad a la concentración de dióxido de carbono es sólo una de las medidas del cambio climático, pero es la medida estándar”, dijo Roe.
Antes de la Revolución Industrial que comenzó a finales del siglo XVIII, el dióxido de carbono atmosférico estaba en una concentración de 280 partes por millón. Hoy es de aproximadamente 380 partes por millón y se estima que alcanzará entre 560 y 1000 partes por millón a finales de siglo.
La cuestión es qué hará todo el dióxido de carbono añadido con al temperatura del planeta. La nueva ecuación puede ayudar a proporcionar una respuesta, dado que vincula la probabilidad del calentamiento con la incertidumbre en los procesos físicos que afectan a cuánto calentamiento tendrá lugar, dijo Roe.
“El truco está en que pequeñas incertidumbres en los procesos físicos se amplifican en grandes incertidumbres en la respuesta climática, y no hay nada que se pueda hacer respecto a eso”, dijo.
Aunque la nueva ecuación ayudará rápidamente a los científicos a ver los impactos más probables, también mostrará que los cambios de temperatura más extremos – tal vez de 9 grados o más en la media global – son posibles, aunque no probables. Este mismo resultado se informó en estudios previos que usó miles de simulaciones por ordenador, y la nueva ecuación demuestra que las posibilidades extremas son fundamentales para la naturaleza del sistema climático.
Mucho dependerá de lo que suceda con las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases invernadero en el futuro. Dado que pueden permanecer en la atmósfera durante décadas, incluso un ligero decremento en las emisiones es improbable que haga más que estabilizar las concentraciones globales, dijo Roe.
“Si todo lo que hacemos en estabilizar las concentraciones, entonces aún estaremos arriesgándonos a los cambios de temperatura más altos mostrados en los modelos”, dijo.
Ciencia Kanija
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