La línea de rascacielos de Moscú pronto contará con un nuevo edificio que atraerá todas las miradas: la Isla de Cristal, que cuando se complete, será el edificio más grande del mundo. Esta “ciudad dentro de un edificio” diseñada por Norman Foster, cuya base ocupará dos millones y medio de metros cuadrados, tendrá la forma de una montaña que se eleva hacia el cielo en espiral, y su construcción (programada para iniciarse dentro de 5 años) costará 4.000 millones de dólares.
La Isla de Cristal será el segundo proyecto faraónico de Lord Foster en la capital de Rusia, y el tercero de sus edificios con aspecto de volcán (hablamos de dos edificios “montañosos” que se construirán en Astana, Kazajistán). Aunque mucha gente llama a este diseño el “Arbol de Navidad” de Moscú, nosotros no podemos dejar de asociarlo al utópico (y también bastante volcánico) diseño del X-Seed 4000 para Tokyo. Sin embargo, y al contrario que con aquel proyecto imposible, Foster ya cuenta con un bagaje en la construcción de edificios, de modo que la probabilidad de que podamos ver esta impresionante torre alzándose sobre el Kremlin dentro de 5 años es alta.
Las estadísticas para el poyecto son absolutamente asombrosas: solamente el área de suelo empleado sería cuatro veces la del Pentágono en Washington DC. Su increible estructura multiuso de 457 metros de altura dará cobijo a 900 apartamentos, 300 habitaciones de hotel, una escuela internacional para 500 estudiantes, cines, un teatro, un polideportivo y mucho más. También habra un aparcamiento subterráneo con 16.500 plazas. Los visitantes a la Isla de Cristal podrán disfrutar de una vista panorámica de Moscú dede los miradores, localizados a 300 metros de altitud sobre el suelo.
Y tal y como esperábamos de Foster y sus socios, este edificio (próximo a heredar el título del más grande del mundo) también incorporará un buen número de rasgos sostenibles en el esquema global del diseño. La fachada exterior responderá al sol e incluirá paneles solares que, asociados a turbinas eólicas, generarán electricidad para la enorme torre. La ventilación natural se conseguirá gracias a la incorporación de numerosos atrios ubicados estratégicamente. El ambiente interno incorporará también paneles dinámicos, capaces de permitir que la luz natural del día alcance a recintos ubicados en lo profundo de la estructura. Estos paneles podrán también controlarse para modificar la temperatura en el interior del edificio - cerrados en inviertno para no perder calor y abiertos en verano para permitir la ventilación natural. La gestión energética es parte integral de este proyecto, que tratará de abastecerse parcialmente a partir de fuentes renovables para reducir las emisiones de CO2.
Traducido de World’s Biggest Building Coming to Moscow: Crystal Island
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