Es más, no sólo no limpia, sino que carboniza cuanto toca. Y es que esta fotografía capta el instante en el que la lava del volcán Ol Doinyo Lengai, en Tanzania, se solidifica en pleno vuelo. Rica en dióxido de carbono, la espuma natrocarbonatítica que esta chimenea escupe a unos 530 ºC –casi la mitad de la temperatura normal de las lavas basálticas– se endurece a los pocos segundos de entrar en contacto con el aire.
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