lunes, 14 de abril de 2008

EL HIERRO Viaje a la isla cien por cien verde


El paraíso de las energías renovables está en Canarias. Su isla más pequeña se ha convertido en un auténtico laboratorio bio: dentro de dos años, toda su electridad provendrá de la fuerza del Sol, el agua y el viento. Un experimento a gran escala que tendrá el mismo efecto medioambiental que si hubieran plantado un bosque del tamaño de 20.000 campos de fútbol. Científicos e ‘isleños’ de todo el mundo observan...



Un inmenso laboratorio de 278 kilómetros cuadrados. En esto se ha convertido la isla de El Hierro desde que, en 1997, se comenzase a gestar el proyecto 100 por ciento renovable en la isla. Aquél fue el año en que se firmó el Protocolo de Kioto, y el Cabildo decidió ir un paso más allá: la más pequeña de las Canarias se convertiría en ejemplo de Buena Práctica de Sostenibilidad. Así, con mayúsculas. ¿Cómo? Apostando por las fuentes renovables de energía: a finales de 2010, los más de 10.000 habitantes de El Hierro recibirán energía limpia en sus hogares, generada en la isla a partir del Sol, el viento y el agua.


El proyecto se integra en un ambicioso plan de desarrollo sostenible que abarca desde el transporte hasta el turismo, pasando por la agricultura y los planes urbanísticos. Y ha convertido a la isla en un inmenso campo de pruebas ecológico. Objetivo: conseguir que la comunidad sea autosuficiente energéticamente. ¿Es posible? Lo es, sostienen desde el Cabildo y el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), principales cerebros del proyecto. Su puesta en marcha –con un coste estimado de 54 millones de euros– no ha sido fácil. Pero merece la pena si es extrapolable a otras comunidades. Aunque no existe otro proyecto como éste, hay otras 100 islas en el mundo donde se podrían instalar sistemas similares. En la Unión Europea, 17 millones de personas viven en islas; 700 millones en todo el mundo. Algunos de ellos siguen de cerca el proceso canario; otros tienen ya uno similar. Es el caso de Samso, en Dinamarca. Pero hay una diferencia fundamental: Samso está conectada al continente por un cable que le suministra energía eléctrica. En El Hierro no hay nada así: hoy depende del petróleo que llega en barco. Dentro de unos años dependerá sólo de energías limpias.


La estrella del proyecto será la central hidroeólica, cuya construcción está ya a punto de empezar. El proyecto, gestionado por Gorona del Viento, una sociedad constituida para la ocasión (formada por el Cabildo, Endesa y el ITC, dependiente del Gobierno canario), ha logrado resolver uno de los mayores problemas con los que se encuentran las energías renovables: la incapacidad de acumular la energía que no se utiliza. El viento es caprichoso y las placas solares dependen de unos rayos que pueden quedar ocultos tras las nubes durante días. Los ingenieros y científicos de todo el mundo llevan muchos años tratando de resolver el problema. En El Hierro han dado con una solución. Un pequeño parque eólico produce diez megavatios de electricidad, que se integran en la red de la isla. El excedente energético es aprovechado para bombear el agua del mar hasta un depósito construido a cerca de 700 metros de altura. En caso de que el viento no sople, se deja caer esta agua acumulada para que accione las turbinas de la central hidroeléctrica tradicional. Esta última garantiza el suministro eléctrico para la isla durante una semana. Los cálculos están hechos para la población estimada en 2015.


Este sistema cubriría en torno al 80 u 85 por ciento del suministro eléctrico necesario. El resto se realizaría mediante placas fotovoltaicas y energía solar térmica instaladas en las propias casas. Una vez que el proyecto esté completado se evitará, según cálculos del ITC, la emisión de 18.700 toneladas de CO2 al medio ambiente: es el mismo efecto, aseguran, que se obtendría plantando un bosque del tamaño de 20.000 campos de fútbol. Además, se evita el consumo de más de 6.000 toneladas de fuel que hoy sirve de combustible para la central térmica convencional. La isla se ahorrará en torno a 1,8 millones de euros al año.


La isla de El Hierro presenta todas las condiciones necesarias para hacer funcionar un proyecto de este calibre. Pese a su reducido tamaño, alcanza los 1.500 metros de altitud a poca distancia del mar; esto produce unos desniveles muy ‘golosos’ para el funcionamiento de una central hidroeléctrica. Además, los vientos alisios golpean con asiduidad sus lomas: perfecto para mover las aspas de los aerogeneradores. Y, como ocurre con el resto de los miembros del archipiélago, exhibe unos elevados niveles de radiación solar. El ITC tiene en marcha varios proyectos sobre las posibilidades de la energía solar térmica y los tejados fotovoltaicos para producir electricidad. Uno de los más prometedores es el Laboratorio de Generación Distribuida instalado en Pozo Izquierdo (Gran Canaria). La idea es que los hogares, centros comerciales y polígonos industriales dejen de ser meros consumidores de energía y se conviertan también en productores. Mediante placas, pueden generar la electricidad que consumen, e incluso vender la que les sobre a la red general. Con un precio de compra –establecido por ley– de 41,44 céntimos de euro por cada kilovatiohora, puede ser muy rentable. Visto lo visto, merece la pena intentarlo.

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