sábado, 19 de abril de 2008

Los monstruos del abismo


Durante siglos, los cientificos creyeron que en el fondo del mar, alli donde las presiones aplastarian a un hombre, no podia haber vida. Se equivocaron. Ahi abajo medran seres cuyo aspecto terrorifico haria palidecer a Dracula. En la era de la conquista de Marte, este territorio sigue siendo el mas desconocido del planeta. Esto es lo que esconde.

Oscuridad absoluta, vacio, nada. Un mundo negro, sin sonidos, con una pavorosa estabilidad de millones de a?os. De repente, una luz; un pulso azulado similar a un fuego fatuo. Desaparece. Otro pulso, dos. Un extra?o camaron rojo, invisible en la oscuridad, se acerca cautivado por el destello. En este mundo sin comida, al que apenas llega el cinco por ciento de la materia organica de la superficie, una posible presa es un tesoro inestimable. Y aqui abajo nadie lo desaprovecha. El camaron, seducido por la posibilidad de alimentarse, se acerca mas tentando la noche eterna con sus finas antenas. Debe actuar con rapidez; aqui la luz es sinonimo de vida y vida significa alimento. Un ultimo pulso luminoso y la quisquilla se adelanta con rapido movimiento. Pero la negrura del abismo guarda sorpresas. Tras los destellos se reflejan filas de dientes agudos y transparentes como el cristal. Es un Caulophyrne, un formidable pescador de las tinieblas. La luz que despide un peque?o apendice colgante de su cabeza absorbe a sus presas hacia una boca dos veces mayor que su cuerpo. En una decima de segundo, el cazador pasa a ser presa. La luz brilla de nuevo por la excitacion de la captura. Luego se apaga. La oscuridad vuelve a cubrir el abismo.

Superados los 150 metros de profundidad, el mar es un lugar frio, negro y aplastante. Por debajo, hasta alcanzar cotas que tienen su limite en los 11.022 metros de la fosa de las Marianas, se extiende el habitat mas grande y desconocido de nuestro planeta; un mundo de tinieblas que ocupa el 80 por ciento del espacio disponible para la vida, pero del que no se ha explorado nada mas que el uno por ciento.

Hasta hace apenas 40 a?os, los cientificos creian que ningun ser vivo seria capaz de adaptarse a las condiciones extremas del abismo. ?Quien podria sobrevivir a presiones superiores a una tonelada por centimetro cuadrado, a una temperatura media entre 4 y ?1 grados centigrados y a una falta casi total de alimento? Pero hoy ya se sabe que son muchas las especies marinas que, atentando a la logica, han logrado vencer a la fisica, a la falta de luz y al mayor enemigo de las profundidades, el hambre.

Para superar la gran presion de este lugar, la mayoria de los peces abisales tiene el cuerpo lleno de agua. Los liquidos son casi incompresibles y, por lo tanto, los peces pueden aguantar el aplastante peso de la columna de agua simplemente manteniendo igualadas las presiones interna y externa. Pero para salvar la falta de comida, los cambios evolutivos han tenido que ser mucho mas dramaticos: grandes bocas, estomagos deformables, organos bioluminiscentes, colmillos desproporcionados? Las necesidades de esta oscuridad han convertido a sus moradores en monstruos de pesadilla.

Los cientificos dividen las profundidades marinas en dos estratos. En el primero, que va desde los 150 hasta los 1.000 metros de profundidad, los rayos del sol consiguen filtrarse levemente. Son apenas insignificantes reflejos de la claridad superficial, imperceptibles para el ojo humano, pero luz a fin de cuentas. Y esto marca una diferencia en las tinieblas. Las criaturas de esta zona crepuscular, que es como la denominan los cientificos, viven en su mayoria nadando a ciegas en un mundo sin barreras solidas. Sus cuerpos, que pasaran toda su vida flotando entre dos aguas, son blandos y transparentes. Algunos, mas perfeccionados, estan cubiertos de escamas reflectantes para que los predadores que los acechan desde el fondo confundan sus brillos con los destellos de la superficie. Pero el rasgo que agrupa a todos ellos es el de tener unos ojos gigantescos capaces de captar el mas leve centelleo.

Aqui, en la zona crepuscular, se hallan los mayores ojos de la naturaleza. El Architeuthis, el invertebrado mas grande del mundo, es un calamar que puede superar los 20 metros de longitud y acercarse a los mil kilos de peso. Sus globos oculares son como balones de futbol, lo que los convierte en los mas enormes del reino animal. Los cientificos creen que han desarrollado estos ojos desproporcionados para poder localizar a sus presas en la oscuridad abisal y, tal vez, para comunicarse con sus congeneres por medio de destellos bioluminiscentes, otra de las caracteristicas de este extra?o mundo. Porque la vida en las tinieblas eternas de las profundidades obliga a un arriesgado juego del escondite. Tienes que hacerte visible para comunicarte con los de tu especie, pero debes permanecer oculto para no caer en las fauces de los predadores que merodean. ?Como se puede resolver el conflicto en este mundo negro y avido de presas, de forma que consigas comer, puedas comunicarte y no te devoren?

Un gran numero de los invertebrados de la zona crepuscular, y algunos peces de la misma, han conseguido una solucion muy practica: se han hecho transparentes. Como pasan toda su vida flotando, sin encuentros con rocas o sustratos solidos, no necesitan estructuras protectoras, generalmente opacas, asi que han tenido mas facil la solucion de la invisibilidad. Aun asi, les quedaba el problema de la comunicacion, y este lo han resuelto con la emision de luces bioluminiscentes; destellos biologicos producidos por pigmentos capaces de emitir rayos al excitarse.

Mas alla de los mil metros, por debajo de la franja crepuscular, comienza la zona oscura, un mundo negro que jamas la luz ha violado. Los peces, generalmente de color rojo o negro, deben renunciar a grandes ojos o a cuerpos transparentes y, a cambio, tienen que convertirse en cazadores implacables.
Los predadores del abismo no pueden malgastar energia nadando en busca de una comida terriblemente escasa. Desde la superficie apenas llega alimento. Solo el cinco por ciento de la energia que se produce en la zona de luz cae hasta aqui, asi que los predadores deben contentarse con esperar inmoviles a que sus detectores de movimiento les comuniquen la llegada de algo comestible. Y ahi abajo, cualquier cosa que se mueva lo es.

Cuando un cazador de la zona oscura tiene la suerte de acceder a una presa, no puede permitirse el lujo de fallar en el ataque. Esta exigencia ha convertido a los peces abisales en criaturas terrorificas. Sus cabezas son desproporcionadas respecto a sus cuerpos, y sus bocas, en muchos casos proyectables y en todos armadas de agudisimos dientes, se abren hasta limites inconcebibles. Todo vale para evitar que la presa escape. Y todo vale para poder digerirla. El llamado pez ogro, Anoplogaster cornuta cuenta con unos dientes que, en proporcion a su tama?o, son los mayores entre todos los peces del mar. Algunos cazadores del abismo, como el pez pelicano, Eurypharynx pelecanoides, ademas de poseer una boca desmesurada, han desarrollado un estomago elastico y deformable que les permite engullir presas tan grandes como ellos mismos. Otros, como el pescador Caulophyrne, cuentan, ademas, con un sinfin de apendices a modo de finisimas antenas que recubren su cuerpo y le transmiten las vibraciones del menor movimiento en el agua que lo rodea.

Algunas especies no se han resignado a esperar a que la comida se ponga a tiro y han desarrollado cebos por medio de apendices elasticos acabados en organos bioluminiscentes para atrapar a sus victimas. Una luz en la oscuridad total es un reclamo irresistible para una comunidad hambrienta, asi que los llamados ?pescadores? se han especializado en el uso de estas ca?as de luz para atraer a las presas hasta sus fauces abiertas.


Pero las victimas tambien han aprendido a utilizar la bioluminiscencia para defenderse. Cuando uno de estos superpredadores los amenaza, algunos camarones expulsan un chorro pegajoso de materia bioluminiscente que no solo despista al cazador, sino que, ademas, lo delata ante el resto de sus posibles victimas. Tambien los calamares han aprendido el truco y algunas especies lanzan un chorro de tinta que, en vez de ser negra, es luminosa y brillante. Los predadores atacan la tinta y el calamar tiene tiempo de ponerse a salvo. Vivir a oscuras no solo es un problema para conseguir alimento y evitar que te coman. En el abismo, otro de los grandes retos es encontrar pareja. ?Como se las apa?an las especies para dar con un congenere con el que perpetuarse? Muchos de ellos han optado por dos soluciones, a cual mas drastica. Una es hacerse hermafrodita. Otra, mas extendida y emocionante, consiste en reclamos luminosos entre machos y hembras; un codigo de luces que avisa de la presencia y receptividad de los dos sexos de una misma especie. Claro que esta artima?a supone un riesgo. Encender una luz en un mundo con criaturas hambrientas como el pez ogro o el pez pelicano y su boca envolvente es tentar a la suerte. Para solventar el problema, la naturaleza ha llegado a soluciones extraordinarias.

Las hembras de los peces llamados de forma generica ?pescadores? utilizan destellos bioluminiscentes y rastros olfativos para atraer a sus machos. Estos son de mucho menor tama?o y, a diferencia de la mayoria de los peces abisales, con una musculatura desarrollada que les permite nadar hasta sus parejas. Hasta aqui, salvo la desproporcion de tama?os, todo normal. Pero al encontrarse con la hembra, el macho se convierte en un vampiro que la muerde en el vientre. Para colmo de rarezas, parece que los ejemplares masculinos no comen hasta que encuentran a su pareja, de modo que tienen necesidad vital de hallarla. Una vez que la ha mordido, su cuerpo comienza a cambiar. Los sistemas circulatorios de ambos se transforman en uno solo. La union se vuelve permanente. La boca del macho se desplaza, los organos desaparecen y poco despues el pretendiente es apenas un apendice diminuto en el vientre de su congenere. Y, a pesar de lo que parece, la union beneficia a ambos. La hembra no necesitara arriesgarse de nuevo con sus reclamos luminosos, pues ya tendra quien fecunde sus huevos, y el macho dispondra de comida y de proteccion permanente.

El hombre apenas ha empezado a internarse en el abismo. Hasta ahora solo se han explorado diez kilometros cuadrados de los 300 millones del suelo abisal. Es la ultima frontera que se nos resiste. Toda una paradoja. Mientras exploramos Marte en busca de algun vestigio de vida, seguimos ignorando que la mayor parte de nuestro planeta es aun un mundo desconocido.

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