Baje el volumen: se está exponiendo a sufrir un tumor.
El sonido intenso no sólo altera el sistema nervioso y reduce la agudeza auditiva, como demuestran decenas de estudios científicos; también causa un tipo de tumor no canceroso, el neurinoma acústico, que crece en el nervio acústico (en rojo en la imagen) y provoca pérdida de audición, zumbidos, mareos y parálisis del nervio facial. Un reciente estudio realizado en el Reino Unido entre 700 personas ha revelado que quienes se exponen con asiduidad a un ruido por encima de 80 decibelios, similar al de una calle con tráfico intenso, tienen 2,25 más posibilidades de desarrollar este tumor que quienes viven en ambientes silenciosos. ¡Shhhhhhhhhh!
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